Día 229 | Agosto 17

“Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos.” Isaias 50:6

El profetas Isaias habla de como el Mesías se sometería físicamente, no solo a ser golpeado, sino a todo tipo de maltratos. Esto sería algo que era parte de su misión celestial. Él debía tomar nuestro lugar, pero de manera voluntaria, ya que él no tendría ninguna culpa o causa para recibir un trato tal.

En el evangelio de Mateo 27:26 leemos “Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado.” Aquí vemos uno de los peores castigos que recibió Jesucristo. Los Romanos no tenían la ley judía que solo permitía un máximo de 39 azotes. Los azotes eran recibidos por los criminales condenados a la crucificción el cual era un método de muerte que inicialmente fue creado por los Asirios y perfeccionado por los Romanos. Y consistía en tomar una cruz y clavar las manos y los pies del criminal para que con el peso de su cuerpo su muerte fuera dolorosa y lenta. En algunos caso la historia nos relata de que algunos príncipes mostraban misericordia con ciertos reos, al estrangularlos primero y luego crucificarlos. Tan grande como fue el sacrificio hecho por Jesus por nuestra salvación, tal cual es su amor por nosotros.

Soy Oscar Oviedo y este es el Devocional “Jesús en 365 días”

Producido por el Ministerio One4Seven

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