Dillom muere cuando quiere y renace como le dé la gana. Esa
es un poco la idea de uno de los artistas urbanos más singulares de Argentina
(el mayor semillero de artistas del género de estos últimos años) y líder del
colectivo RIP Gang. Hay algo en la muerte que siempre ha orbitado en el
universo del colectivo y, de algún modo, Dylan León Masa, el ser humano que
habita (dentro o fuera) de Dillom ha decidido organizar el funeral de, al
menos, una parte del Dillom que creemos que existe.
“POST MORTEM” se despide deja atrás al Dillom que
creíamos conocer y al que identificábamos en una órbita formalmente trap, para
presentarnos a un Dillom que resurge casi como renacido. Él
mismo confesó que no le gusta escuchar sus canciones antiguas, y este año, en
medio de la vorágine de lanzamientos sin cesar, él lleva dos años dedicado a
armar el repertorio de un álbum que lo ayude a reiniciarse en el marco de un
movimiento en el que cada uno de los símbolos que forman parte de ello están
tratando de resaltar sus singularidades y de sobresalir por su personalidad.
La de Dillom se encuentra, por un lado, en una lírica
sarcásticamente frontal, con un registro vocal entre aniñado y amorfo, que
conecta con un sonido en el que el universo del cyberpop colinda con el del
trap estándar, a la vez que, en este álbum debut, le hace ojitos a géneros que
van desde el pop o el metal hasta la cumbia villera o sonidos más electrónicos.
En el marco de artistas que utilizan los códigos de la cultura rock (WOS),
del pop alternativo (Paco Amoroso), del funk alterlatino (CA7RIEL) o del
trap-rock (Duki), Dillom destaca por su carácter impredecible, casi como si su
álbum fuese una coctelera de géneros en las que las decisiones las toma alguien
con Síndrome de Tourette.
De ahí que sea curioso que nos encontremos con canciones
que parecen hechas por el Marilyn Manson de “Mechanical Animals” (“REALITY”);
deslice hits generacionales en el que caben en la misma frase “mis opps son
medio opa, lo fumo con falopa” y “quiero revivir a mi perro” (“OPA”); utilice
la estética del indie pop (“BICICLETA” o “220”), del cyberpop (“POST MORTEM”),
del rap-rock pesado (“PISO 13” o “RILI RILI”) o del RKT junto al fenómeno
L-Gante (“HEGEMÓNICA”), a la vez que manda un saludo al Fito Páez de solo piano
(“TODA LA GENTE”) o a blink-182 (“ROCKETPOWERS”).
Alan Queipo.