El llorar del Sermón del Monte es un llanto de insatisfacción porque somos concientes de que hay algo más elevado en la vida que lo que pueden ver y tocar nuestros sentidos. Sin ese algo, estamos vacíos. Es algo es el Salvador.
El llorar del Sermón del Monte es un llanto de insatisfacción porque somos concientes de que hay algo más elevado en la vida que lo que pueden ver y tocar nuestros sentidos. Sin ese algo, estamos vacíos. Es algo es el Salvador.