Podríamos viajar hacia atrás en el tiempo la mayor cantidad de años posible, pero jamás llegaremos a encontrar cuando fue que "Dios empezó a ser Dios", porque ese momento no existe, Él nunca empezó, Él siempre lo ha sido. Su eternidad es la evidencia y garantía de que servimos a un Dios TodoPoderoso. Reflexión extraída del libro "El escogió los clavos" de Max Lucado.