En ocasiones tu vida se siente como una obra en construcción, te preguntas cuándo acabará todo el proceso difícil, ves solo las partes en construcción y no podes dimensionar la obra completa. Recuerda, de la obra en tu vida se encarga Dios, y aunque los procesos parezcan molestosos, Él terminará su obra, Él te conoce y su voluntad para tu vida es buena, agradable y perfecta. ¡Dios te perfeccionará cada día un poco más, no lo dudes, y persevera!