Dios amó de tal manera al mundo que envío a Su Hijo Jesucristo a morir por nuestros pecados. Sin embargo, no todos reconocen ese sacrificio de Jesús como el acto que les puede traer salvación. Eso marca la diferencia, y Dios sí la puede notar.
Dios amó de tal manera al mundo que envío a Su Hijo Jesucristo a morir por nuestros pecados. Sin embargo, no todos reconocen ese sacrificio de Jesús como el acto que les puede traer salvación. Eso marca la diferencia, y Dios sí la puede notar.