Cuando el Señor resucitó, sus discípulos, sus seguidores, estaban escondidos. Llenos de miedo y de dolor, pensaban que su Salvador había sido muerto, crucificado, puesto en la tumba y ahí se acabo la historia. Pero no era así.
Cuando el Señor resucitó, sus discípulos, sus seguidores, estaban escondidos. Llenos de miedo y de dolor, pensaban que su Salvador había sido muerto, crucificado, puesto en la tumba y ahí se acabo la historia. Pero no era así.