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“El Reino de los Cielos es como diez jóvenes que querían escuchar a un grupo pop muy popular que debía llegar a la ciudad. Cinco de ellos eran tontos, y cinco eran sabios. Cuando los boletos salieron a la venta, los cinco sabios hicieron cola toda la noche y aseguraron debidamente sus boletos. Pero los cinco tontos no se molestaron en hacer cola para ellos. La noche del concierto, sin embargo, siguieron adelante, pensando que podrían comprar boletos en la puerta, o que ella se encontraría con alguien que los haría entrar. Por desgracia, cuando llegaron, todos los boletos se habían agotado, y fueron rechazados en la puerta. Se fueron con un sentimiento de tristeza y vacío.
La mayoría de nosotros conocemos ese sentimiento. No es una sensación agradable. Aún así, lo superamos. Por lo general, lo que está en juego no es tan importante: un partido de fútbol, un concierto o algo por el estilo. La vida continúa, sobrevivimos y pronto lo olvidamos.
Pero en la historia de Jesús lo que está en juego es nada menos que la venida del Señor.”
Primera lectura (Sab 6, 12-16). Este canta la alabanza de la sabiduría, que pueden encontrar todos aquellos que la buscan.
Segunda lectura (1 Tes 4, 13-18). San Pablo consuela a sus conversos en Tesalónica que están preocupados por el destino de sus seres queridos que han fallecido antes del regreso del Señor.
Evangelio (Mt 25, 1-13). Una historia que nos urge a permanecer despiertos porque no sabemos el día ni la hora de la venida del Señor.
“El Reino de los Cielos es como diez jóvenes que querían escuchar a un grupo pop muy popular que debía llegar a la ciudad. Cinco de ellos eran tontos, y cinco eran sabios. Cuando los boletos salieron a la venta, los cinco sabios hicieron cola toda la noche y aseguraron debidamente sus boletos. Pero los cinco tontos no se molestaron en hacer cola para ellos. La noche del concierto, sin embargo, siguieron adelante, pensando que podrían comprar boletos en la puerta, o que ella se encontraría con alguien que los haría entrar. Por desgracia, cuando llegaron, todos los boletos se habían agotado, y fueron rechazados en la puerta. Se fueron con un sentimiento de tristeza y vacío.
La mayoría de nosotros conocemos ese sentimiento. No es una sensación agradable. Aún así, lo superamos. Por lo general, lo que está en juego no es tan importante: un partido de fútbol, un concierto o algo por el estilo. La vida continúa, sobrevivimos y pronto lo olvidamos.
Pero en la historia de Jesús lo que está en juego es nada menos que la venida del Señor.”
Primera lectura (Sab 6, 12-16). Este canta la alabanza de la sabiduría, que pueden encontrar todos aquellos que la buscan.
Segunda lectura (1 Tes 4, 13-18). San Pablo consuela a sus conversos en Tesalónica que están preocupados por el destino de sus seres queridos que han fallecido antes del regreso del Señor.
Evangelio (Mt 25, 1-13). Una historia que nos urge a permanecer despiertos porque no sabemos el día ni la hora de la venida del Señor.