Una oración para los padres
Señor, concédenos hijos que sean lo suficientemente fuertes para saber cuándo son débiles; que no se dobleguen en la derrota, pero que sean humildes y gentiles en la victoria.
Concédenos hijos cuyos deseos no sustituyan a sus acciones; hijos que te conozcan a Ti y se conozcan a sí mismos.
Guíalos, te rogamos, no por el camino de la facilidad y la comodidad, sino por el camino de las dificultades y los desafíos. Concédenos hijos cuyos corazones sean puros y cuyos objetivos sean elevados; hijos que aprendan a dominarse a sí mismos antes de intentar dominar a otros.
Y después de todas estas cosas, añade, te pedimos, un sentido del humor, para que puedan ser serios, pero sin tomarse a sí mismos demasiado en serio.
Entonces nosotros, sus padres, nos atreveremos a susurrar: no hemos vivido en vano.
(Basada en una oración del General MacArthur)