Celebramos el Domingo de Ramos. La entrada triunfal de Jesus en Jerusalen. Aquí comienza litúrgicamente la Pasion del Senor. Es la Semana más importante del Año Litúrgico, sobre todo la más importante para todo el mundo cristiano porque encierra para cada uno como persona y como comunidad una invitación a prepararnos con mayor intensidad a la celebración de la PASCUA. Esto implica dedicar mayor tiempo a la lectura de la Palabra de Dios, escucharla con el corazón y hacerla vida de nuestra vida. La procesion de Ramos expresa de manera sensible lo que ha sido nuestro peregrinar de Cuaresma. Subir con Cristo a Jerusalén para vivir la Pascua  con Él. La pregunta para nosotros hoy es: Estamos dispuestos a afrontar con el Señor y Maestro del Amor, el camino de la cruz a la cual nos invita también hoy Jesus. Tomar nuestra cruz y seguirle. Para algunos es la cruz de una enfermedad, de una soledad, de una depresión, del dolor por la partida de un ser querido. La cruz de la tristeza por el abandono de los padres o de los hijos. La cruz de una grande responsabilidad. el dolor por la soledad o la ingratitud de personas a quienes un día les servimos y hoy ya no lo recuerdan más. Pero en esta Semana Santa vayamos a los pies de la cruz, porque allí renacerá en nosotros una fe más firme y más madura en Jesús el Dios  enamorada  profundamente de su criatura cuya imagen divina estampo en el corazón de cada uno y por amor a esa criatura que somos tu y yo y cada uno. Jesus acepta morir y muere solamente por amor y de amor. Feliz SEMANA SANTA.