La Liturgia de este Domingo 2do. de Adviento, nos dice que, la conversión del corazón es el único título válido para entrar en el Reino. Los demás títulos como ser del linaje de Abraham, llevar el nombre de cristianos o invocar fríamente el nombre de Jesus, no sirven de nada. El anuncio de la conversión significa volver el corazón a Dios en la persona del hermano necesitado y ahi encontramos al Padre quien nos está esperando como al hijo pródigo. Porque antes de la conversión el amor propio tiende a hacer que cada uno se sienta el centro de todo y hacer que todo gire en torno al propio yo. Pero sucede todo lo contrario después de la conversión, ponemos a Dios en el centro de la vida y de nuestro corazón y hacemos que todo tienda y gire armoniosamente en torno de Dios. Esta es la conversión que anuncia el Bautista: compartir los bienes con los hermanos necesitados, ser justos con todos. En palabras sencillas la conversión significa preparar el corazón para la venida de Dios hecho hombre y así nacer como Él quiere para estar ahi y seguir acompañándonos por el resto de nuestros dias. Y nos dice S. Pablo : "Si el Espíritu de Dios está en nuestro corazón y en nuestra vida diaria. Allí será posible celebrar la NAVIDAD. Porque solo en el humilde y sencillo pesebre de nuestro corazón Allí nacerá gustoso Jesus. Entonces ahora ya tenemos la idea clara de cómo debe ser nuestra preparación para celebrar digna y correctamente la NAVIDAD. Feliz Semana de Adviento.
Hna. Maria Ruth
Radio Paulinas Boston