Celebramos el Domingo V de Pascua del ciclo A- y el Evangelio de Juan nos trae temas sumamente importantes tiernos y consoladores centrados en nuestra fe cristiana que nos asegura que nuestro destino final no es la tristeza de la muerte y la separación, sino la Casa del Padre, en esta promesa se apoya nuestra gozosa esperanza porque Jesús nos ha dicho: "En la casa de mi Padre hay muchas mansiones y yo me voy a prepararles un lugar exclusivamente para cada". Los discípulos estaban tristes porque Jesus les habia dicho momentos antes."Hijos míos yo estaré con ustedes por muy poco tiempo" pero Jesus trata de animarlos: No se confundan les dice: Creen en Dios crean también en mi, "Porque yo estoy en el Padre y el Padre está en mi" Con esta expresión Jesús les confirma su divinidad. Si, Jesús  ahora regresa al Padre después de haber cumplido  plenamente su misión que no tuvo otra finalidad que prepararnos a nosotros  el camino y ahora se va a prepararnos un sitio  para luego llevarnos con Él. Y estar donde Él está para siempre junto al Padre.