La Liturgia de este Domingo XV Ordinario, se centra en la Misión. Mostrándonos que: Se cuenta más con alguien  de buena voluntad que con alguien muy preparado." Tenemos el ejemplo del profeta Amos, como Dios lo sacó de sus tareas de pastor y lo envió a profetizar a la casa de Israel. Para Dios lo más importante no son las capacidades intelectuales ni la dialéctica, sino la disposición que se tenga a la voluntad de Dios. Si realmente nos sentimos escogidos y llamados por Dios en la persona de Cristo, entonces necesitamos estar atentos a la escucha de la voz de Dios. Quien nos habla de mil maneras, por eso la actitud de escucha es indispensable. Si el profeta Amos no hubiera estado atento a esa voz, hubiera seguido trabajando detrás de los bueyes y en su vida rural entre cultivos y ovejas. Por eso queridos y queridas radioyentes es muy importante tener el corazón limpio, atento, vigilante y silencioso para captar ese llamado divino, único y personal que Dios nos hace a cada uno con una misión y vocación específica y determinada. porque sin esa voz de Cristo que nos habla al corazón, serán inútiles todos los medios humanos, la preparación, los títulos o especializaciones. Entonces hoy la tarea es: hacer silencio para que nuestro corazón pueda escuchar la voz divina de Dios. Feliz Semana.