El Evangelio de hoy comienza con la palabra Vine. "Vine para traer fuego sobre la tierra". Y si, nuestra Liturgia cristiana utilizó desde el principio el fuego, para que la Vigilia Pascual recuerde siempre la presencia de Cristo vivo y resucitado y en el altar las lámparas votivas recuerdan señalando a los fieles que en la Eucaristía vive y ama continuamente el Amigo fiel que nunca falla. Allí arde la llama del amor divino que nunca se extingue y allí nos espera para que vayamos a alabarle, agradecerle, pedirle y acompañarle como se acompaña al amigo verdadero que siempre nos espera porque sabe que ahi llegamos a buscarle. La Iglesia enciende los cirios para acompañar al niño en su entrada a la Iglesia el día de su Bautismo. Brilla en la mano de los consagrados y de quienes celebran los sacramentos para recordarnos que nuestra primera vocación es SER LUZ DEL MUNDO que es anunciar el Evangelio con amor y con entusiasmo porque por eso vino Jesus a prender fuego en el mundo. El fuego de su amor derramado en nuestros corazones. Y el cirio ilumina al moribundo en su hora final recordando que su alma descansa en la paz de Cristo y su luz perpetua brilla para siempre. Feliz Semana
Hna. Maria Ruth
Radio Paulinas Boston