Celebramos el Domingo 29 del Tiempo Ordinario del Ciclo C y la Liturgia de hoy en todas sus lecturas nos invitan a ser perseverantes en la Oración si queremos que el mundo no perezca. Pero es necesario orar con fe, confianza y perseverancia. La Oración debería ser esa actitud natural y espontánea que acompañe nuestra jornada diaria por el resto de nuestra vida. Habituarnos a la oración diaria es como habituarnos a estar en la presencia viva de Dios a nuestro lado. Bernanos escribió: " cómo cambian mis ideas, cuando rezo" y tenía toda la razón porque la oración cambia nuestra vida, puesto que el fin de la oración no es tanto obtener lo que pedimos cuanto hacernos personas nuevas y renovadas capaces de salir de nosotros mismos y escuchar las súplicas y los ruegos de los hermanos necesitados que viven a nuestro lado y los que viven al lado de nuestros hermanos y que también son mis hermanos. S. Agustin decía: " El hombre no ora para orientar a Dios, sino para orientarse así mismo hacia Dios." Feliz Semana.
Hna. Maria Ruth
Radio Paulinas Boston