La Liturgia de este Domingo 32 y muy especialmente el Evangelio nos insiste en la adecuada preparación que requiere el encuentro con Cristo el esposo, quien viene a la hora menos pensada y resalta las actitudes de:  velar, esperar, buscar, orar, estar atentos y vigilantes y ser precavidos es decir:  no dejar para última hora la preparación al encuentro final que fue el error de las cinco vírgenes necias. En cambio prepararnos con tiempo significa organizar y utilizar con sabiduría momento a momento de nuestra vida diaria. No dejar apagar la luz del cirio del amor y de la fe del dia de nuestro bautismo porque esa luz es la que debemos acrecentar con nuestras actitudes fraternas en el dia a dia de nuestro quehacer diario, solo así nuestra lámpara tendrá el aceite necesario  para el momento que se nos invite  a entrar  a la Fiesta del Banquete eterno y podamos decir con la lámpara encendida del amor fiel a la espera. AQUÍ ESTOY SEÑOR  PARA ENTRAR CONTIGO A LA FIESTA DEL BANQUETE ETERNO.