Viajar, perderse y encontrarse
Irse y llegar en un mismo movimiento.
¿Qué es viajar? ¿Es escapar, es evadirse?
¿Es el camino o es el destino?
Viajar es un traje que llevamos puesto Jorge y yo desde antes de tener memoria. Un traje con el que estamos cómodos y con el que intentamos, a veces, definirnos.
El viaje no es en si mismo más que una excusa. Un pretexto. Un ritual de escapismo y transmutación. Porque bien sabemos que aquel que llega no es el mismo que fuimos en el momento previo a la partida.
Viajar es un estigma. Una condición inevitable. Somos habitante de estaciones y salas de embarque, de carreteras y de andenes. Viajar es una elección, aunque en ocasiones sea la única posible. Aunque nos parezca impuesta e inapelable.
Siempre ligeros de equipaje. Con las manos y el corazón abiertos de par en par. Con la certeza de saber que la inmovilidad y la inacción nos quemarían el alma.