Líder de
una de las generaciones de artistas urbanos más expansiva de los últimos años;
la argentina, en la que podemos encontrar a otros sospechosos habituales de la
playlist y el aforo a reventar como Khea, Neo Pistea, Ysy A, Cazzu, Ca7riel,
WOS o Paco Amoroso; el álbum debut de Duki llega tarde porque no era necesario
que llegase antes.
"Súper Sangre Joven” lleva varias decenas y más de
dos años de éxitos después de que el artista se certificara como el más grande
del género en su país y alrededores.Y llega porque tiene cosas que contar:
representa el culmen de una suerte de crew (ahí podemos escuchar a Ysy A o
Khea), pero también como la confirmación de un artista que tira de relaciones
internacionales (C. Tangana, Alemán o Eladio Carrión) y, sobre todo, hace
guiños al reggaetón más comercial (“It’s a Vibe”); al demobow (“La Jefatura”);
al tango, el tumbao o el bolero desde 808 (“Me gusta lo simple”, “A punta de
espada”, “Señorita” o “Perdón”); o al cyber-trap, entre Daft Punk, Kavinsky y
Travis Scott (“Te traje flores”, “Señorita” o “Hitboy”). No es un álbum inolvidable, pero sí
una demostración de fuerza. Duki es bastante más de lo que imaginábamos todos.
Posiblemente, incluso de lo que imaginaba él.
Alan Queipo