LA ÉPOCA DEL CORONAVIRUS... EL ENCIERRO OBLIGATORIO (Y ESTOY SEGURO QUE ABUSIVO) EN CASA, NOS EMPUJA A RESCATAR Y EDITAR MATERIAL ACUMULADO. GRABACIONES QUE VAMOS HACIENDO A VUELA PLUMA(EN LOS ENSAYOS, O EN ESAS OCASIONES, POCAS, QUE NOS INVITAN A ACTUAR EN TEATROS, LOCALES O, COMO ES EL CASO, EN EL SALÓN DE ACTOS DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO DE CUENCA, CONDE DIMOS EL PASADO VERANO UN CONCIERTO MEMORABLE), ESTA ÉPOCA DRAMÁTICA DE FALLECIDOS Y ABURRIMIENTO, HA PROVOCADO QUE RETOME EL DIFÍCIL ARTE DE LA MEZCLA. Y, MIRA POR DONDE, DE ENTRE TODO ESE METRAJE CONFUSO DE GRABACIONES (ALGUNAS, MUY BUENAS, OTRAS, MUY MALAS... EL SONIDO ES ASÍ)ENCUENTRO UN TEMA QUE SIEMPRE, SIEMPRE NOS SALE A LA PERFECCIÓN. COMPUESTO POR LUIS, HE AQUÍ QUE LO TUVE QUE CANTAR YO (LOS RESFRIADOS TIENEN ESTAS COSAS). ACTUAMOS EN FORMA DE SEXTETO, CON MANOLO CALOMARDE, EL FLAUTISTA DESEMPEÑÁNDOSE A LA PERCUSIÓN COMO UN AUTÉNTICO CHICANO. Personal: JUAN FAJARDO- VOZ, GUITARRA ELÉCTRICA SOLISTA(fender stratocaster)// LUIS PINÓS- GUITARRA ACÚSTICA, COROS// PEDRO LUJÁN- GUITARRA ELÉCTRICA(fender telecaster// FRAN ZAPA GARCÍA- BAJO// SEBASTIÁN TOLOSA: BATERÍA// MANOLO CALOMARDE- PERCUSIÓN

Formación en plan cuarteto. Un arranque poderoso e imaginativo.

JFC- guitarras eléctricas

LUIS PINÓS- guitarra eléctrica

FCO GARCÍA ZAPA- bajo, bajo sintetizado

SEBASTIÁN TOLOSA- batería y percusión

Un comienzo. Una muestra de ensamblaje perfecto entre guitarra eléctrica y batería. A veces los ensayos y las improvisaciones tienen estas cosas. Surge un tema de la nada y se le va dando forma.

Reconstrucción de un tema del año 2015, sin duda una de mis composiciones más logradas: letra, música, la historia, el sentimiento... Hasta que el resto de la banda le ponga la percusión, la batería y el bajo, me desempeño aquí a cuatro guitarras y la voz.

Exponiendo composiciones y cosas que escribo a la banda, y trabajo en equipo subsiguiente. Siempre surge algo: un sonido novedoso, un acorde sugerente y un solo de guitarra melódico además de poderoso. El ritmo, sobre todo, es imparable. Falta individualizar en una sola pista el bajo, cuyas frecuencias subsónicas se amalgaman demasiado con la batería. A tres guitarras, un bajo, percusión y batería: JUAN FAJARDO, FRAN GONZÁLEZ ZAPA y SEBASTIÁN TOLOSA.

A dos guitarras y voz. Recién salido del hospital, donde ingresé hace días en estado grave: sonidos que me venían a la cabeza mientras las visiones provocadas por la fiebre corrían libres detrás de mis ojos. Con un multipistas digital, un ZOOM R16, discreto y solvente, mis ya viejas compañeras, Yamaha Apx 6A y Epiphone Les Paul Model, mis fatigada voz frente a un clásico y eficiente SHURE SM58, esto es lo que he compuesto en unos minutos, esta mañana soleada de febrero.

Reunión en el local de ensayo para terminar uno de nuestros temas más emblemáticos.

MANOLO CALOMARDE- WISTLE Y FLAUTAS

JUAN FAJARDO: GUITARRAS ELÉCTRICAS

LUIS PINÓS: GUITARRA ACÚSTICA Y PERCUSIÓN

FRANK GONZÁLEZ: BAJO

SABASTIÁN TOLOSA: BATERÍA Y PERCUSIÓN

A tres guitarras y con la fuerza imprescindible. Un comienzo bronco seguido de la relativa calma en la parte cantada. La temática habla por sí misma, y creo que no hay que añadir más explicaciones. En cualquier caso, se trata de una aproximación edificada a partir de un ensamblaje de acordes y algo de mala leche. Pido disculpas por la producción un tanto apresurada.

Uno de los tres temas que estoy componiendo y grabando. Aunque es el último (pensado hoy, mientras corría), la urgencia y la fatiga de la memoria me han hecho grabarlo, como una demo, en primer lugar. Con la inminente estación de ensayos a punto de comenzar, se trata de una propuesta novedosa donde la voz adquiere una dimensión más pop. ¿Preludio de colaboraciones más reputadas? ¿Quién sabe?

Luís, Pedro y un servidor. GUITARRA ACÚSTICA y VOZ, GUITARRA ELÉCTRICA y GUITARRA ELÉCTRICA SOLISTA. En Nohales. 2015. Antiguas grabaciones recuperadas grabadas a "vuela pluma", a la manera de un ensayo. Sonido poderoso y atrevido. Tal y como sale de las manos y la garganta. Son esos días, ensayos y actuaciones, en los que el intérprete se ve tocado por el, siempre esquivo, ángel de la inspiración.