Salvete, amigos de Roma:

Hoy os dejaré un directo, que hicimos Sergio Alejo y yo, por entre las calles de la Subura en Roma. Como ya sabéis la vida nocturna en la Antigua Roma estaba llena de peligros y actividades ilícitas que acechaban en las sombras de la ciudad eterna. Las calles oscuras se convertían en un escenario de riesgo para los ciudadanos, donde los maleantes aprovechaban la falta de luz para cometer sus fechorías. La prostitución era una práctica común y aceptada en la sociedad romana. Los burdeles o lupanares eran lugares frecuentados por hombres de diferentes estratos sociales. Los delitos cometidos durante la noche eran castigados con mayor severidad. Los intrusos nocturnos eran considerados los criminales más despreciables. La nigromancia, brujería, una práctica de adivinación que implicaba la comunicación con los muertos, era una actividad ilícita pero común en la Roma antigua. Esta forma de brujería utilizaba cráneos y otros objetos para intentar establecer contacto con el más allá. Los cementerios romanos, ubicados a las afueras de la ciudad, eran lugares frecuentados incluso de noche.

La vida nocturna en la Antigua Roma era, sin duda, un mundo de contrastes, donde el peligro y el placer coexistían en las sombras.

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