E14. El pecado, ademas de provocar una crisis en el individuo se convierte en una plaga que se extienda a toda la humanidad. Proverbios 14:34 nos dice; La justicia engrandece a la nación; mas el pecado es afrenta de las naciones.

La primera visión de Isaías contempla la necesidad del arrepentimiento. El pecado, lejos de ser una crisis personal se convierte en una plaga que se extiende a toda la humanidad. Toda nación que se aleja de Dios y pone sus esperanzas en la fuerza de su moneda, su ejército o su ciencia, termina de igual manera: enferma y confundida. Nos alienta la presencia del remanente y la bendita gracia de Dios revelada en la oferta de perdón y misericordia para con su pueblo. Nos anima a entender lo que dijo el apóstol Pablo: mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia (Romanos 5:20).\

E15.  La naturaleza del trono de Dios excede a las limitaciones de nuestra comprensión de dominio y poder.  Eclesiastés 5:8 nos dice; Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro mas alto y no mas alto esta sobre ellos.

Al concluir este tema debemos reafirmar nuestra fe en la gracia de Dios que hace posible que aun siendo nosotros limitados Él se ha complacido en revelarse a nosotros. Somos testigos de su poder el un mundo en decadencia, y esto sirve como señal de la proximidad de su retorno. Nuestra adoración tine que estar acompañada de un sentimiento de confesión por nuestra insuficiencia, y de un profundo sentido de compromiso como hijos de Dios.  Si hemos respondido "Heme aqui", debemos estar dispuestos a decir "envíame a mí". Finalmente, la visión del Dios exaltado nos debe servir para elevar nuestros ojos y corazones más allá de los poderes de este mundo. Pertenecemos a un reino que no es de este mundo; por tanto, debemos vivir a la expec- tativa de su establecimiento y no dejarnos arrastrar por las vanas ofertas de este siglo pasajero.