En las Sagradas Escrituras podemos ver que Dios es fiel y que Su Palabra es verdadera. Hebreos 6:18 dice que Dios no puede mentir, ni tampoco puede romper una promesa incondicional que dice que cumplirá. Cada pacto que hace es mantenido. Cada promesa o profecía se ha cumplido o se cumplirá. Por toda la Biblia ciertamente encontramos testimonio tras testimonio de la fidelidad de Dios y todavía hoy la encontramos en los testimonios de personas.

Día a día los seres humanos nos enfrentamos a preocupaciones tanto emocionales espirituales y materiales ;aunque es algo humano en la Biblia nos dice en Filipenses ‘No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias, Y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús (Filip 4:6-7)’ por Lo tanto debemos depositar toda nuestra nuestra fe en Cristo y confiar que todo es parte de su plan y propósito para nuestras vida.

La bondad no sólo es un atributo de Dios, sino una verdad fundamental que todo cristiano debería abrazar. Consideremos algunas de las razones de la importancia de la bondad de Dios para nosotros. la bondad de Dios es la suma total de Sus atributos. Es así que la bondad de Dios puede ser vista como una faceta de Su gloriosa naturaleza y también como la suma global de Su naturaleza y carácter. No podemos separar lo que es bueno de Dios. No podemos tener la bondad sin Dios, de la misma manera que no podemos tener a Dios sin la bondad Sólo Dios es bueno.

La vida cristiana es el carácter de Cristo desarrollándose y perfeccionándose en el carácter del cristiano a diario. Los cristianos están sujetos a las mismas experiencias de los no cristianos, pero la diferencia es que los cristianos viven y reaccionan a estas como lo hubiese hecho Cristo y no simplemente como un ser humano. Por esta razón, todos los elementos de la vida se ven a través de la visión del Cristo, no la del hombre

Cuando Adán y Eva pecaron en el Jardín del Edén, se creó una barrera de separación entre los seres humanos y Dios. Dios les había dicho claramente lo que podían comer y lo que no. Ellos eligieron desobedecer a Dios y comer el fruto del árbol prohibido: escogieron pecar (Génesis 3:1-7). Es por esa razón que, desde entonces, todos hemos nacido con la tendencia a desobedecer a Dios.

Sin embargo, Dios no se quedó con los brazos cruzados porque él no desea la muerte eterna de nadie. ¡No! Dios puso en marcha su plan perfecto para la salvación de cada uno de nosotros.

La salvación de Dios se hizo posible gracias a Jesús, Dios encarnado. Jesús es el puente que nos acerca a Dios. Tenemos acceso al Padre gracias a la obra de Jesucristo en la cruz. En el libro de Tito, en el Nuevo Testamento, se nos explica el estado del ser humano sin Jesús y el cambio maravilloso, accesible a todos por medio de él. ¡La misericordia de Dios nos alcanza y nos transforma!

Un mandato de Dios en el cual cientos de personas se enfrentan a practicar dia tras dia, un atributo que Dios promete a sus hijos si lo hacen con todo su corazón. El no perdonar trae consecuencias terribles física , emocional y espiritualmente.En  Efesios 4:32 cita,‘ Más bien, sed abenignos los unos con los otros, misericordiosos, bperdonándoos los unos a los otros, como también Dios os perdonó a vosotros en Cristo.’ es bienaventurado aquel que perdona a su prójimo. El perdonar es parte de la salvación y reflejo de la gracia y misericordia de nuestro Señor Jesucristo.

Vivir en un mundo nuevo y por la eternidad es el anhelo de toda criatura. Apocalipsis 22:5 nos dice;  No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos.

Para los creyentes el tema de la eternidad pare ce ser común sin embargo, muchas veces la perspectiva se pierde en las intrincadas situaciones del análisis exegético. Muchos mantienen una forma de vida cristiana sin preocuparse por la eternidad, porque para ellos carece de incentivo. Por cuanto la vida eterna es una vida no solo bella sino santa, es imperativo que los que anhelamos llegar a ella comencemos desde ya a vivir en santidad. Otra vez tenemos que afirmar que no es cuestión de practicas exteriores solamente o tradiciones con las que tenemos que romper, se trata de algo más profundo, de una vivencia constante en comunión con Dios y los unos con los otros. Creemos que un avivamiento poderoso antecederá al establecimiento del reino de Dios sobre la tierra, y para eso es indispensable que las condiciones establecidas por la Palabra de Dios sean observadas por todos nosotros (2 Pedro 3:9-13).