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Cuando Adán y Eva pecaron en el Jardín del Edén, se creó una barrera de separación entre los seres humanos y Dios. Dios les había dicho claramente lo que podían comer y lo que no. Ellos eligieron desobedecer a Dios y comer el fruto del árbol prohibido: escogieron pecar (Génesis 3:1-7). Es por esa razón que, desde entonces, todos hemos nacido con la tendencia a desobedecer a Dios.
Sin embargo, Dios no se quedó con los brazos cruzados porque él no desea la muerte eterna de nadie. ¡No! Dios puso en marcha su plan perfecto para la salvación de cada uno de nosotros.
La salvación de Dios se hizo posible gracias a Jesús, Dios encarnado. Jesús es el puente que nos acerca a Dios. Tenemos acceso al Padre gracias a la obra de Jesucristo en la cruz. En el libro de Tito, en el Nuevo Testamento, se nos explica el estado del ser humano sin Jesús y el cambio maravilloso, accesible a todos por medio de él. ¡La misericordia de Dios nos alcanza y nos transforma!
By Resplandor de GloriaCuando Adán y Eva pecaron en el Jardín del Edén, se creó una barrera de separación entre los seres humanos y Dios. Dios les había dicho claramente lo que podían comer y lo que no. Ellos eligieron desobedecer a Dios y comer el fruto del árbol prohibido: escogieron pecar (Génesis 3:1-7). Es por esa razón que, desde entonces, todos hemos nacido con la tendencia a desobedecer a Dios.
Sin embargo, Dios no se quedó con los brazos cruzados porque él no desea la muerte eterna de nadie. ¡No! Dios puso en marcha su plan perfecto para la salvación de cada uno de nosotros.
La salvación de Dios se hizo posible gracias a Jesús, Dios encarnado. Jesús es el puente que nos acerca a Dios. Tenemos acceso al Padre gracias a la obra de Jesucristo en la cruz. En el libro de Tito, en el Nuevo Testamento, se nos explica el estado del ser humano sin Jesús y el cambio maravilloso, accesible a todos por medio de él. ¡La misericordia de Dios nos alcanza y nos transforma!