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Dios actúa en su momento para recompensar y reprender, exaltar y humillar, Salmo 132:13 nos dice; Porque Jehova ha elegido a Sion: La conquisto como habitación para si.
Dijimos al comenzar el studio que deseábamos aprender a esperar en el tiempo de Dios para nuestra liberación. Afirmamos que la intervención de Dios siempre llega en el tiempo que Él ha escogido para actuar; que la acción de Dios es para exaltar su nombre o demostrar su poder como Soberano que el mundo quede sin excusa ante Él. Señalamos también la revelación de la santidad de Dios que nos invita a examinar nuestra condición delante de El y afirmar nuestra vida para la eternidad. Se hace indispensable una vida de santidad para ser acep- tables delante de su presencia. Descubrimos como bendición el saber que ninguna opresión podrá someternos, porque el poder del enemigo será sometido por el poder de nuestro Señor, que es nuestra Torre fuerte. Finalmente, cuando nos invada la aflicción por causa de nuestros enemigos, que son la carne, el mundo y Satanás, levantemos nuestra mirada y vislumbremos en fe la ciudad de Dios.
By Resplandor de GloriaDios actúa en su momento para recompensar y reprender, exaltar y humillar, Salmo 132:13 nos dice; Porque Jehova ha elegido a Sion: La conquisto como habitación para si.
Dijimos al comenzar el studio que deseábamos aprender a esperar en el tiempo de Dios para nuestra liberación. Afirmamos que la intervención de Dios siempre llega en el tiempo que Él ha escogido para actuar; que la acción de Dios es para exaltar su nombre o demostrar su poder como Soberano que el mundo quede sin excusa ante Él. Señalamos también la revelación de la santidad de Dios que nos invita a examinar nuestra condición delante de El y afirmar nuestra vida para la eternidad. Se hace indispensable una vida de santidad para ser acep- tables delante de su presencia. Descubrimos como bendición el saber que ninguna opresión podrá someternos, porque el poder del enemigo será sometido por el poder de nuestro Señor, que es nuestra Torre fuerte. Finalmente, cuando nos invada la aflicción por causa de nuestros enemigos, que son la carne, el mundo y Satanás, levantemos nuestra mirada y vislumbremos en fe la ciudad de Dios.