
Sign up to save your podcasts
Or
José Ramón Arellano ya estaba asentado en su estudio en el madrileño barrio de Salamanca. Muchas tardes, si no tenía ninguna cita, se quedaba allí cuando sus empleados se marchaban para disfrutar de un paréntesis de soledad o en espera de alguna llamada telefónica.
Y llegó esa llamada.
José Ramón Arellano ya estaba asentado en su estudio en el madrileño barrio de Salamanca. Muchas tardes, si no tenía ninguna cita, se quedaba allí cuando sus empleados se marchaban para disfrutar de un paréntesis de soledad o en espera de alguna llamada telefónica.
Y llegó esa llamada.
125 Listeners
3 Listeners
63 Listeners
7 Listeners
82 Listeners
3 Listeners
5 Listeners
10 Listeners
42 Listeners
16 Listeners