Vivir en un mundo justo es la esperanza de los pobres y destituidos de la tierra, Amos 5:24 nos dice; Pero corra el juicio como las aguas y la justicia como impetuoso arroyo.

En esta lección estudiamos, en primer lugar, acerca de la visión de un Dios justo y la implementación de su justicia de modo universal. En se gundo lugar vimos que nosotros nos debemos a un Dios soberano que tomará en sus manos los destinos nos de la humanidad cuando los poderes políticos, militares y económicos del mundo hayan sucum bido. Mientras tanto, como luces en medio de las tinieblas tenemos el privilegio y la obligación de iluminar, liberar a los cautivos del pecado y servir como instrumentos de reconciliación. Finalmente, queremos reafirmar nuestra confianza en las pro mesas de Dios y su justicia como nuestra ancla firme aquí y hacia el futuro. Que la convicción que tenemos de estas verdades se haga evidente en nuestro testimonio frente a un mundo injusto, impio y desigual.