En un mundo donde la noche se cierne como un manto de sombras, Dorian, un vampiro consumido por su insaciable sed, se sienta en su trono de piedra en las ruinas de una catedral olvidada. Con sus ojos amarillos brillando en la penumbra y una sonrisa que oculta colmillos afilados, observa la ciudad desprevenida que late a sus pies. La oscuridad no solo es su refugio, sino también su reino, donde cada corazón que late se convierte en un eco de su deseo. Mientras los inocentes viven ajenos al peligro, Dorian se prepara para desatar un terror inimaginable, alimentándose de las esperanzas marchitas y los miedos ocultos de aquellos que se cruzan en su camino. En esta danza macabra entre la vida y la muerte, la noche promete un festín interminable de horror y desesperación.