Que diferente sería nuestra vida si, al mirarnos en el espejp, viéramos lo que Dios ve. Pero la dura realidad es que los fracasos nos llevan a desilusionarnos y perder la autoestima y esperanza y, en ocasiones, el rechazo de personas que son importantes pra nosotros nos lleva a un punto en que, aunque creemos en Dios, nos cuesta creer que nos ama.