- La República Mexicana no murió de un balazo o de un bombazo.
- No fue un súbito golpe de estado, sino un lento e implacable virus.
- Millones de mexicanos se fueron acostumbrando al virus del autoritarismo, pensando que era sólo una leve gripa pasajera.
- Es hora de despertar, es hoy, o ya no habrá qué rescatar.