Cada vez que Nihat marcaba un gol, se lo dedicaba a Mitxelo Olaizola, el utillero del equipo, con un beso en la mejilla. El gesto, que el turco comenzó a hacer a partir de su segunda temporada en la Real Sociedad, desde que hizo dos goles al Athletic en la jornada inaugural de la temporada 2002-03, se convirtió en una costumbre maravillosa para el aficionado txuri urdin, un detalle que habla de la relación que se fraguó entre ambos y que pone en valor la labor del utillero.