Tras acabar la temporada 1981-82, logrando la Real su segundo título de Liga, el equipó txuri urdin se desplazó a Miranda de Ebro para participar en el homenaje al jugador, portero en este caso, que más partidos había jugado en la historia del Mirandés, Yuli. El guardameta nunca llegó a debutar en la Real, pero formó parte de la era más dorada de la portería realista desde el Sanse, donde vio, por ejemplo, el debut de Urruti. A Alberto Ormaetxea no le gustaban los amistosos, pero para este tipo de partidos siempre se prestaba, y llevó lo mejor que tenía, sin los internacionales que ya estaban concentrados para el Mundial 82.