¿Qué tienen en común una directora debutante, una estrella en ascenso, un ídolo del pop, un escupitajo que quizás ocurrió (o no), y el internet obsesionado con los gestos incómodos de una alfombra roja? Exacto: Don’t Worry Darling, el thriller psicológico que pasó de ser una promesa de cine indie a un campo de batalla de egos, peleas y silencios incómodos. Hoy en El Chismesazo vamos a desmenuzar el caos detrás de cámaras de una película que tenía todo para brillar… pero terminó siendo recordada por el drama y no por su historia.