Durante mi preparación profesional, la práctica del coaching y en mi propio desarrollo personal, confirmé que la gratitud es la llave de la prosperidad y de la abundancia. Entendí que a pesar de las situaciones adversas, de los obstáculos y de los sucesos que me hacían pensar que no podría estar peor, donde difícilmente lograba ver una solución o salida, justo en ese momento, me conecté con el agradecimiento y la certeza absoluta de que toda estaría bien.