El tiempo del Adviento, es una llamada a la conversión para preparar los caminos del Señor y acoger al Señor que viene. El Señor ya no quiere nacer en una cueva, el Señor quiere nacer, ahora, en cada uno de los corazones de los hombres. Siendo esto así, nosotros queremos ser como Juan el Bautista: unos anunciadores que van siempre proclamando y testificando el Evangelio, que es el mismo Jesús. Como Juan, señalamos a Jesús como el Salvador, ante todos los que nos ven y nos oyen.