Este relato novelado sumerge al lector en los misteriosos eventos de Garabandal. Con un estilo literario y envolvente, la narración transforma los hechos en una crónica casi mística, centrada en la experiencia de las cuatro niñas videntes. Se aleja del análisis teológico para ofrecer una atmósfera densa, donde la fe, el misterio y el drama rural se entrelazan. Logra capturar la extrañeza de los éxtasis y la tensión de las profecías. Una pieza evocadora que, sin juzgar, transporta al lector al corazón de aquel pequeño pueblo cántabro sacudido por lo inexplicable, dejando una sensación de asombro y espera.