El 25 de julio, un buque de carga japonés se encalló en aguas poco profundas de Isla Mauricio, en el océano Índico. El barco, que transportaba unas 4.000 toneladas de combustible, fue quebrándose poco a poco, al tiempo que cientos de miles de kilos de petróleo se escapaban contaminando las turquesas aguas insulares. En total se calcula que unas mil toneladas se han derramado en un área que afecta unos 15 kilómetros de costa.