La pereza tiene mala prensa. Desde hace mucho: por algo el cristianismo la considera uno de los pecados capitales, mientras que la sabiduría popular afirma que la pereza es “la madre de todos los vicios”. La pereza es, de hecho, una de las causas de la procrastinación y del sedentarismo, prácticas de probados efectos negativos en las personas. El caso es que la pereza es tan natural como la vida misma.