La comunidad cristiana se va expandiendo con el anuncio del Evangelio y acompañada de signos de vida que el Señor manifiesta por medio de los apóstoles. El evangelio nos confronta con la pequeñez de la respuesta de la humanidad ante la gran propuesta de Dios, porque implica obediencia, dejar el egoísmo y abrir espacio para que Dios rija nuestra existencia. ¡Dios y Señor, tócanos el corazón para aceptarte!