Hermanos y hermanas: Hoy celebramos la gran solemnidad de Pentecostés, donde la Iglesia recibe el Espíritu Santo. Esta conmemoración nos recuerda a los Apóstoles que, aún con temor, a puertas cerradas, oran y esperan la promesa de Jesús. La llegada del Espíritu Santo abre las puertas a la valentía de salir, de creer y anunciar la Buena Noticia a todo el mundo.