no es posible sin el Espíritu Santo, ya que Él es quien nos convence de pecado
y nos guía al arrepentimiento,Salmo 104: 29-30 :“Escondes tu rostro, se turban; Les quitas el hálito, dejan de ser, Y vuelven al polvo. Envías tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la