Todas las guerras creadas y vistas por la humanidad han representado enormes y atroces bajas por combate, fuego cruzado, prisioneros de guerra o víctimas inocentes. Pero siempre en cada combate ha existido un combatiente que atacaba sin distinguir entre bandos y que fue causante de la mayor parte de las víctimas mortales de cada conflicto, un ejército liderado por piojos que llevaban consigo un arma secreta la enfermedad del tifus.