By Antonio de la Rosa / CUONDA
Antonio de la Rosa cuenta a diario cómo ha sido su día mientras recorre en solitario los 900 kilómetros de la Lapland Extreme Challenge, el desafío de superación humana más extremo de Finlandia.
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Antonio de la Rosa cuenta a diario cómo ha sido su día mientras recorre en solitario los 900 kilómetros de la Lapland Extreme Challenge, el desafío de superación humana más extremo de Finlandia.
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El aventurero español Antonio de la Rosa vuelve a Rovanieni para disputar a partir del próximo sábado 17 de febrero el más desafiante reto deportivo de Finlandia, Lapland Extreme Challenge. Tras abandonarlo el año pasado por el congelamiento de tres de los dedos de sus pies, Antonio de la Rosa regresa para tratar de completar los casi 1.000 kilómetros de travesía con la ayuda de unos esquís de fondo y tirando de su propio trineo a remolque en el plazo máximo de los 30 días que establece la organización.
Las bajas temperaturas, que pueden llegar a alcanzar en ocasiones hasta los -30 ºC, el hielo, la nieve y las escasas horas de luz, son una constante en la Lapland Extreme Challenge. En su recorrido circular con inicio y final en Rovanieni, capital de Laponia, no hay señales, ni puestos de control, los participantes sólo están obligados a pasar por unos puntos obligatorios marcados por la organización.
Cada participante marca su propia ruta con la única ayuda de su orientación y un GPS, evitando entrar en las zonas de paso prohibidas por los organizadores. Pueden avanzar en esquís de fondo, en fat bike o en cualquier otra disciplina; está permitido pernoctar en alojamientos o comer en restaurantes que encuentren en su camino, aunque la mayoría de las noches tendrán que dormir al raso.
Desde el comienzo del desafío en 2013, sólo dos personas, que eran pareja, consiguieron el año pasado concluir el recorrido antes de que finalizara el plazo marcado. Antonio de la Rosa quien también participó en esa edición, se vio obligado a abandonar el desafío, tras 11 días de expedición y 366 kilómetros de recorrido, como causa de las congelaciones en tres de los dedos de sus pies de las que se recuperó a su regreso a España.
El deportista cuenta con un equipamiento de primer nivel para afrontar las largas jornadas. En la maleta lleva prendas de ropa de la marca Trangoworld para soportar el frío polar y las herramientas de supervivencia y los utensilios de uso diario Leatherman y Sea to Summit, perfectos para superar el día a día en las condiciones extremas de Laponia.
Tras su experiencia del año pasado, ha incorporado como novedades el trineo de la marca noruega Fjellpunken más robusto y estrecho; las botas de la marca Alfa que mantienen la temperatura y llevan un Geitre de Goretex incorporado para evitar las posibles congelaciones en los pies; y los esquís de enormes dimensiones de la marca Hagan, son del tipo back country, poseen pieles de foca en la parte central y sustituyen a las raquetas de nieve que tantos problemas dieron la pasada edición, además permiten no hundirse en zonas de nieves profundas.
“Este año me encuentro con mucha energía, positivo y perfecto de estado físico para enfrentarme de nuevo a la Lapland Extreme Challenge. La nieve caída en los últimos meses en la Sierra de Madrid me ha permitido entrenarme a conciencia y el abandono del año pasado al que me vi obligado para mí es un reto en esta edición. Soy responsable de los fallos que cometí, he aprendido y espero tenerlos en cuenta,” ha dicho Antonio de la Rosa.
Antonio de la Rosa es un conocido aventurero español que se ha enfrentado a diversos desafíos anteriormente. En 2014, se convirtió en el ganador de la prueba francesa de cruce del Océano Atlántico a remo y en solitario Rames Guyane. Ese mismo año, recorrió con esquís de fondo los 1.700 km del recorrido de la prueba Iditarod en Alaska. En 2015, unió en paddle-surf por el río Tajo-Madrid con Lisboa; y en 2016, recorrió parte de la costa de Groenlandia con esta misma disciplina deportiva.
El último pasado año participó en la competición Lapland Extreme Challenge en febrero y en verano completó la “Vuelta a la península ibérica en paddle-surf”
Para más información consulta su web: www.antoniodelarosa.net
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El aventurero español Antonio de la Rosa vuelve a Rovanieni para disputar a partir del próximo sábado 17 de febrero el más desafiante reto deportivo de Finlandia, Lapland Extreme Challenge. Tras abandonarlo el año pasado por el congelamiento de tres de los dedos de sus pies, Antonio de la Rosa regresa para tratar de completar los casi 1.000 kilómetros de travesía con la ayuda de unos esquís de fondo y tirando de su propio trineo a remolque en el plazo máximo de los 30 días que establece la organización.
Las bajas temperaturas, que pueden llegar a alcanzar en ocasiones hasta los -30 ºC, el hielo, la nieve y las escasas horas de luz, son una constante en la Lapland Extreme Challenge. En su recorrido circular con inicio y final en Rovanieni, capital de Laponia, no hay señales, ni puestos de control, los participantes sólo están obligados a pasar por unos puntos obligatorios marcados por la organización.
Cada participante marca su propia ruta con la única ayuda de su orientación y un GPS, evitando entrar en las zonas de paso prohibidas por los organizadores. Pueden avanzar en esquís de fondo, en fat bike o en cualquier otra disciplina; está permitido pernoctar en alojamientos o comer en restaurantes que encuentren en su camino, aunque la mayoría de las noches tendrán que dormir al raso.
Desde el comienzo del desafío en 2013, sólo dos personas, que eran pareja, consiguieron el año pasado concluir el recorrido antes de que finalizara el plazo marcado. Antonio de la Rosa quien también participó en esa edición, se vio obligado a abandonar el desafío, tras 11 días de expedición y 366 kilómetros de recorrido, como causa de las congelaciones en tres de los dedos de sus pies de las que se recuperó a su regreso a España.
El deportista cuenta con un equipamiento de primer nivel para afrontar las largas jornadas. En la maleta lleva prendas de ropa de la marca Trangoworld para soportar el frío polar y las herramientas de supervivencia y los utensilios de uso diario Leatherman y Sea to Summit, perfectos para superar el día a día en las condiciones extremas de Laponia.
Tras su experiencia del año pasado, ha incorporado como novedades el trineo de la marca noruega Fjellpunken más robusto y estrecho; las botas de la marca Alfa que mantienen la temperatura y llevan un Geitre de Goretex incorporado para evitar las posibles congelaciones en los pies; y los esquís de enormes dimensiones de la marca Hagan, son del tipo back country, poseen pieles de foca en la parte central y sustituyen a las raquetas de nieve que tantos problemas dieron la pasada edición, además permiten no hundirse en zonas de nieves profundas.
“Este año me encuentro con mucha energía, positivo y perfecto de estado físico para enfrentarme de nuevo a la Lapland Extreme Challenge. La nieve caída en los últimos meses en la Sierra de Madrid me ha permitido entrenarme a conciencia y el abandono del año pasado al que me vi obligado para mí es un reto en esta edición. Soy responsable de los fallos que cometí, he aprendido y espero tenerlos en cuenta,” ha dicho Antonio de la Rosa.
Antonio de la Rosa es un conocido aventurero español que se ha enfrentado a diversos desafíos anteriormente. En 2014, se convirtió en el ganador de la prueba francesa de cruce del Océano Atlántico a remo y en solitario Rames Guyane. Ese mismo año, recorrió con esquís de fondo los 1.700 km del recorrido de la prueba Iditarod en Alaska. En 2015, unió en paddle-surf por el río Tajo-Madrid con Lisboa; y en 2016, recorrió parte de la costa de Groenlandia con esta misma disciplina deportiva.
El último pasado año participó en la competición Lapland Extreme Challenge en febrero y en verano completó la “Vuelta a la península ibérica en paddle-surf”
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Las bajas temperaturas, que pueden llegar a alcanzar en ocasiones hasta los -30 ºC, el hielo, la nieve y las escasas horas de luz, son una constante en la Lapland Extreme Challenge. En su recorrido circular con inicio y final en Rovanieni, capital de Laponia, no hay señales, ni puestos de control, los participantes sólo están obligados a pasar por unos puntos obligatorios marcados por la organización.
Cada participante marca su propia ruta con la única ayuda de su orientación y un GPS, evitando entrar en las zonas de paso prohibidas por los organizadores. Pueden avanzar en esquís de fondo, en fat bike o en cualquier otra disciplina; está permitido pernoctar en alojamientos o comer en restaurantes que encuentren en su camino, aunque la mayoría de las noches tendrán que dormir al raso.
Desde el comienzo del desafío en 2013, sólo dos personas, que eran pareja, consiguieron el año pasado concluir el recorrido antes de que finalizara el plazo marcado. Antonio de la Rosa quien también participó en esa edición, se vio obligado a abandonar el desafío, tras 11 días de expedición y 366 kilómetros de recorrido, como causa de las congelaciones en tres de los dedos de sus pies de las que se recuperó a su regreso a España.
El deportista cuenta con un equipamiento de primer nivel para afrontar las largas jornadas. En la maleta lleva prendas de ropa de la marca Trangoworld para soportar el frío polar y las herramientas de supervivencia y los utensilios de uso diario Leatherman y Sea to Summit, perfectos para superar el día a día en las condiciones extremas de Laponia.
Tras su experiencia del año pasado, ha incorporado como novedades el trineo de la marca noruega Fjellpunken más robusto y estrecho; las botas de la marca Alfa que mantienen la temperatura y llevan un Geitre de Goretex incorporado para evitar las posibles congelaciones en los pies; y los esquís de enormes dimensiones de la marca Hagan, son del tipo back country, poseen pieles de foca en la parte central y sustituyen a las raquetas de nieve que tantos problemas dieron la pasada edición, además permiten no hundirse en zonas de nieves profundas.
“Este año me encuentro con mucha energía, positivo y perfecto de estado físico para enfrentarme de nuevo a la Lapland Extreme Challenge. La nieve caída en los últimos meses en la Sierra de Madrid me ha permitido entrenarme a conciencia y el abandono del año pasado al que me vi obligado para mí es un reto en esta edición. Soy responsable de los fallos que cometí, he aprendido y espero tenerlos en cuenta,” ha dicho Antonio de la Rosa.
Antonio de la Rosa es un conocido aventurero español que se ha enfrentado a diversos desafíos anteriormente. En 2014, se convirtió en el ganador de la prueba francesa de cruce del Océano Atlántico a remo y en solitario Rames Guyane. Ese mismo año, recorrió con esquís de fondo los 1.700 km del recorrido de la prueba Iditarod en Alaska. En 2015, unió en paddle-surf por el río Tajo-Madrid con Lisboa; y en 2016, recorrió parte de la costa de Groenlandia con esta misma disciplina deportiva.
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Las bajas temperaturas, que pueden llegar a alcanzar en ocasiones hasta los -30 ºC, el hielo, la nieve y las escasas horas de luz, son una constante en la Lapland Extreme Challenge. En su recorrido circular con inicio y final en Rovanieni, capital de Laponia, no hay señales, ni puestos de control, los participantes sólo están obligados a pasar por unos puntos obligatorios marcados por la organización.
Cada participante marca su propia ruta con la única ayuda de su orientación y un GPS, evitando entrar en las zonas de paso prohibidas por los organizadores. Pueden avanzar en esquís de fondo, en fat bike o en cualquier otra disciplina; está permitido pernoctar en alojamientos o comer en restaurantes que encuentren en su camino, aunque la mayoría de las noches tendrán que dormir al raso.
Desde el comienzo del desafío en 2013, sólo dos personas, que eran pareja, consiguieron el año pasado concluir el recorrido antes de que finalizara el plazo marcado. Antonio de la Rosa quien también participó en esa edición, se vio obligado a abandonar el desafío, tras 11 días de expedición y 366 kilómetros de recorrido, como causa de las congelaciones en tres de los dedos de sus pies de las que se recuperó a su regreso a España.
El deportista cuenta con un equipamiento de primer nivel para afrontar las largas jornadas. En la maleta lleva prendas de ropa de la marca Trangoworld para soportar el frío polar y las herramientas de supervivencia y los utensilios de uso diario Leatherman y Sea to Summit, perfectos para superar el día a día en las condiciones extremas de Laponia.
Tras su experiencia del año pasado, ha incorporado como novedades el trineo de la marca noruega Fjellpunken más robusto y estrecho; las botas de la marca Alfa que mantienen la temperatura y llevan un Geitre de Goretex incorporado para evitar las posibles congelaciones en los pies; y los esquís de enormes dimensiones de la marca Hagan, son del tipo back country, poseen pieles de foca en la parte central y sustituyen a las raquetas de nieve que tantos problemas dieron la pasada edición, además permiten no hundirse en zonas de nieves profundas.
“Este año me encuentro con mucha energía, positivo y perfecto de estado físico para enfrentarme de nuevo a la Lapland Extreme Challenge. La nieve caída en los últimos meses en la Sierra de Madrid me ha permitido entrenarme a conciencia y el abandono del año pasado al que me vi obligado para mí es un reto en esta edición. Soy responsable de los fallos que cometí, he aprendido y espero tenerlos en cuenta,” ha dicho Antonio de la Rosa.
Antonio de la Rosa es un conocido aventurero español que se ha enfrentado a diversos desafíos anteriormente. En 2014, se convirtió en el ganador de la prueba francesa de cruce del Océano Atlántico a remo y en solitario Rames Guyane. Ese mismo año, recorrió con esquís de fondo los 1.700 km del recorrido de la prueba Iditarod en Alaska. En 2015, unió en paddle-surf por el río Tajo-Madrid con Lisboa; y en 2016, recorrió parte de la costa de Groenlandia con esta misma disciplina deportiva.
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Las bajas temperaturas, que pueden llegar a alcanzar en ocasiones hasta los -30 ºC, el hielo, la nieve y las escasas horas de luz, son una constante en la Lapland Extreme Challenge. En su recorrido circular con inicio y final en Rovanieni, capital de Laponia, no hay señales, ni puestos de control, los participantes sólo están obligados a pasar por unos puntos obligatorios marcados por la organización.
Cada participante marca su propia ruta con la única ayuda de su orientación y un GPS, evitando entrar en las zonas de paso prohibidas por los organizadores. Pueden avanzar en esquís de fondo, en fat bike o en cualquier otra disciplina; está permitido pernoctar en alojamientos o comer en restaurantes que encuentren en su camino, aunque la mayoría de las noches tendrán que dormir al raso.
Desde el comienzo del desafío en 2013, sólo dos personas, que eran pareja, consiguieron el año pasado concluir el recorrido antes de que finalizara el plazo marcado. Antonio de la Rosa quien también participó en esa edición, se vio obligado a abandonar el desafío, tras 11 días de expedición y 366 kilómetros de recorrido, como causa de las congelaciones en tres de los dedos de sus pies de las que se recuperó a su regreso a España.
El deportista cuenta con un equipamiento de primer nivel para afrontar las largas jornadas. En la maleta lleva prendas de ropa de la marca Trangoworld para soportar el frío polar y las herramientas de supervivencia y los utensilios de uso diario Leatherman y Sea to Summit, perfectos para superar el día a día en las condiciones extremas de Laponia.
Tras su experiencia del año pasado, ha incorporado como novedades el trineo de la marca noruega Fjellpunken más robusto y estrecho; las botas de la marca Alfa que mantienen la temperatura y llevan un Geitre de Goretex incorporado para evitar las posibles congelaciones en los pies; y los esquís de enormes dimensiones de la marca Hagan, son del tipo back country, poseen pieles de foca en la parte central y sustituyen a las raquetas de nieve que tantos problemas dieron la pasada edición, además permiten no hundirse en zonas de nieves profundas.
“Este año me encuentro con mucha energía, positivo y perfecto de estado físico para enfrentarme de nuevo a la Lapland Extreme Challenge. La nieve caída en los últimos meses en la Sierra de Madrid me ha permitido entrenarme a conciencia y el abandono del año pasado al que me vi obligado para mí es un reto en esta edición. Soy responsable de los fallos que cometí, he aprendido y espero tenerlos en cuenta,” ha dicho Antonio de la Rosa.
Antonio de la Rosa es un conocido aventurero español que se ha enfrentado a diversos desafíos anteriormente. En 2014, se convirtió en el ganador de la prueba francesa de cruce del Océano Atlántico a remo y en solitario Rames Guyane. Ese mismo año, recorrió con esquís de fondo los 1.700 km del recorrido de la prueba Iditarod en Alaska. En 2015, unió en paddle-surf por el río Tajo-Madrid con Lisboa; y en 2016, recorrió parte de la costa de Groenlandia con esta misma disciplina deportiva.
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Las bajas temperaturas, que pueden llegar a alcanzar en ocasiones hasta los -30 ºC, el hielo, la nieve y las escasas horas de luz, son una constante en la Lapland Extreme Challenge. En su recorrido circular con inicio y final en Rovanieni, capital de Laponia, no hay señales, ni puestos de control, los participantes sólo están obligados a pasar por unos puntos obligatorios marcados por la organización.
Cada participante marca su propia ruta con la única ayuda de su orientación y un GPS, evitando entrar en las zonas de paso prohibidas por los organizadores. Pueden avanzar en esquís de fondo, en fat bike o en cualquier otra disciplina; está permitido pernoctar en alojamientos o comer en restaurantes que encuentren en su camino, aunque la mayoría de las noches tendrán que dormir al raso.
Desde el comienzo del desafío en 2013, sólo dos personas, que eran pareja, consiguieron el año pasado concluir el recorrido antes de que finalizara el plazo marcado. Antonio de la Rosa quien también participó en esa edición, se vio obligado a abandonar el desafío, tras 11 días de expedición y 366 kilómetros de recorrido, como causa de las congelaciones en tres de los dedos de sus pies de las que se recuperó a su regreso a España.
El deportista cuenta con un equipamiento de primer nivel para afrontar las largas jornadas. En la maleta lleva prendas de ropa de la marca Trangoworld para soportar el frío polar y las herramientas de supervivencia y los utensilios de uso diario Leatherman y Sea to Summit, perfectos para superar el día a día en las condiciones extremas de Laponia.
Tras su experiencia del año pasado, ha incorporado como novedades el trineo de la marca noruega Fjellpunken más robusto y estrecho; las botas de la marca Alfa que mantienen la temperatura y llevan un Geitre de Goretex incorporado para evitar las posibles congelaciones en los pies; y los esquís de enormes dimensiones de la marca Hagan, son del tipo back country, poseen pieles de foca en la parte central y sustituyen a las raquetas de nieve que tantos problemas dieron la pasada edición, además permiten no hundirse en zonas de nieves profundas.
“Este año me encuentro con mucha energía, positivo y perfecto de estado físico para enfrentarme de nuevo a la Lapland Extreme Challenge. La nieve caída en los últimos meses en la Sierra de Madrid me ha permitido entrenarme a conciencia y el abandono del año pasado al que me vi obligado para mí es un reto en esta edición. Soy responsable de los fallos que cometí, he aprendido y espero tenerlos en cuenta,” ha dicho Antonio de la Rosa.
Antonio de la Rosa es un conocido aventurero español que se ha enfrentado a diversos desafíos anteriormente. En 2014, se convirtió en el ganador de la prueba francesa de cruce del Océano Atlántico a remo y en solitario Rames Guyane. Ese mismo año, recorrió con esquís de fondo los 1.700 km del recorrido de la prueba Iditarod en Alaska. En 2015, unió en paddle-surf por el río Tajo-Madrid con Lisboa; y en 2016, recorrió parte de la costa de Groenlandia con esta misma disciplina deportiva.
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Las bajas temperaturas, que pueden llegar a alcanzar en ocasiones hasta los -30 ºC, el hielo, la nieve y las escasas horas de luz, son una constante en la Lapland Extreme Challenge. En su recorrido circular con inicio y final en Rovanieni, capital de Laponia, no hay señales, ni puestos de control, los participantes sólo están obligados a pasar por unos puntos obligatorios marcados por la organización.
Cada participante marca su propia ruta con la única ayuda de su orientación y un GPS, evitando entrar en las zonas de paso prohibidas por los organizadores. Pueden avanzar en esquís de fondo, en fat bike o en cualquier otra disciplina; está permitido pernoctar en alojamientos o comer en restaurantes que encuentren en su camino, aunque la mayoría de las noches tendrán que dormir al raso.
Desde el comienzo del desafío en 2013, sólo dos personas, que eran pareja, consiguieron el año pasado concluir el recorrido antes de que finalizara el plazo marcado. Antonio de la Rosa quien también participó en esa edición, se vio obligado a abandonar el desafío, tras 11 días de expedición y 366 kilómetros de recorrido, como causa de las congelaciones en tres de los dedos de sus pies de las que se recuperó a su regreso a España.
El deportista cuenta con un equipamiento de primer nivel para afrontar las largas jornadas. En la maleta lleva prendas de ropa de la marca Trangoworld para soportar el frío polar y las herramientas de supervivencia y los utensilios de uso diario Leatherman y Sea to Summit, perfectos para superar el día a día en las condiciones extremas de Laponia.
Tras su experiencia del año pasado, ha incorporado como novedades el trineo de la marca noruega Fjellpunken más robusto y estrecho; las botas de la marca Alfa que mantienen la temperatura y llevan un Geitre de Goretex incorporado para evitar las posibles congelaciones en los pies; y los esquís de enormes dimensiones de la marca Hagan, son del tipo back country, poseen pieles de foca en la parte central y sustituyen a las raquetas de nieve que tantos problemas dieron la pasada edición, además permiten no hundirse en zonas de nieves profundas.
“Este año me encuentro con mucha energía, positivo y perfecto de estado físico para enfrentarme de nuevo a la Lapland Extreme Challenge. La nieve caída en los últimos meses en la Sierra de Madrid me ha permitido entrenarme a conciencia y el abandono del año pasado al que me vi obligado para mí es un reto en esta edición. Soy responsable de los fallos que cometí, he aprendido y espero tenerlos en cuenta,” ha dicho Antonio de la Rosa.
Antonio de la Rosa es un conocido aventurero español que se ha enfrentado a diversos desafíos anteriormente. En 2014, se convirtió en el ganador de la prueba francesa de cruce del Océano Atlántico a remo y en solitario Rames Guyane. Ese mismo año, recorrió con esquís de fondo los 1.700 km del recorrido de la prueba Iditarod en Alaska. En 2015, unió en paddle-surf por el río Tajo-Madrid con Lisboa; y en 2016, recorrió parte de la costa de Groenlandia con esta misma disciplina deportiva.
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Las bajas temperaturas, que pueden llegar a alcanzar en ocasiones hasta los -30 ºC, el hielo, la nieve y las escasas horas de luz, son una constante en la Lapland Extreme Challenge. En su recorrido circular con inicio y final en Rovanieni, capital de Laponia, no hay señales, ni puestos de control, los participantes sólo están obligados a pasar por unos puntos obligatorios marcados por la organización.
Cada participante marca su propia ruta con la única ayuda de su orientación y un GPS, evitando entrar en las zonas de paso prohibidas por los organizadores. Pueden avanzar en esquís de fondo, en fat bike o en cualquier otra disciplina; está permitido pernoctar en alojamientos o comer en restaurantes que encuentren en su camino, aunque la mayoría de las noches tendrán que dormir al raso.
Desde el comienzo del desafío en 2013, sólo dos personas, que eran pareja, consiguieron el año pasado concluir el recorrido antes de que finalizara el plazo marcado. Antonio de la Rosa quien también participó en esa edición, se vio obligado a abandonar el desafío, tras 11 días de expedición y 366 kilómetros de recorrido, como causa de las congelaciones en tres de los dedos de sus pies de las que se recuperó a su regreso a España.
El deportista cuenta con un equipamiento de primer nivel para afrontar las largas jornadas. En la maleta lleva prendas de ropa de la marca Trangoworld para soportar el frío polar y las herramientas de supervivencia y los utensilios de uso diario Leatherman y Sea to Summit, perfectos para superar el día a día en las condiciones extremas de Laponia.
Tras su experiencia del año pasado, ha incorporado como novedades el trineo de la marca noruega Fjellpunken más robusto y estrecho; las botas de la marca Alfa que mantienen la temperatura y llevan un Geitre de Goretex incorporado para evitar las posibles congelaciones en los pies; y los esquís de enormes dimensiones de la marca Hagan, son del tipo back country, poseen pieles de foca en la parte central y sustituyen a las raquetas de nieve que tantos problemas dieron la pasada edición, además permiten no hundirse en zonas de nieves profundas.
“Este año me encuentro con mucha energía, positivo y perfecto de estado físico para enfrentarme de nuevo a la Lapland Extreme Challenge. La nieve caída en los últimos meses en la Sierra de Madrid me ha permitido entrenarme a conciencia y el abandono del año pasado al que me vi obligado para mí es un reto en esta edición. Soy responsable de los fallos que cometí, he aprendido y espero tenerlos en cuenta,” ha dicho Antonio de la Rosa.
Antonio de la Rosa es un conocido aventurero español que se ha enfrentado a diversos desafíos anteriormente. En 2014, se convirtió en el ganador de la prueba francesa de cruce del Océano Atlántico a remo y en solitario Rames Guyane. Ese mismo año, recorrió con esquís de fondo los 1.700 km del recorrido de la prueba Iditarod en Alaska. En 2015, unió en paddle-surf por el río Tajo-Madrid con Lisboa; y en 2016, recorrió parte de la costa de Groenlandia con esta misma disciplina deportiva.
El último pasado año participó en la competición Lapland Extreme Challenge en febrero y en verano completó la “Vuelta a la península ibérica en paddle-surf”
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El aventurero español Antonio de la Rosa vuelve a Rovanieni para disputar a partir del próximo sábado 17 de febrero el más desafiante reto deportivo de Finlandia, Lapland Extreme Challenge. Tras abandonarlo el año pasado por el congelamiento de tres de los dedos de sus pies, Antonio de la Rosa regresa para tratar de completar los casi 1.000 kilómetros de travesía con la ayuda de unos esquís de fondo y tirando de su propio trineo a remolque en el plazo máximo de los 30 días que establece la organización.
Las bajas temperaturas, que pueden llegar a alcanzar en ocasiones hasta los -30 ºC, el hielo, la nieve y las escasas horas de luz, son una constante en la Lapland Extreme Challenge. En su recorrido circular con inicio y final en Rovanieni, capital de Laponia, no hay señales, ni puestos de control, los participantes sólo están obligados a pasar por unos puntos obligatorios marcados por la organización.
Cada participante marca su propia ruta con la única ayuda de su orientación y un GPS, evitando entrar en las zonas de paso prohibidas por los organizadores. Pueden avanzar en esquís de fondo, en fat bike o en cualquier otra disciplina; está permitido pernoctar en alojamientos o comer en restaurantes que encuentren en su camino, aunque la mayoría de las noches tendrán que dormir al raso.
Desde el comienzo del desafío en 2013, sólo dos personas, que eran pareja, consiguieron el año pasado concluir el recorrido antes de que finalizara el plazo marcado. Antonio de la Rosa quien también participó en esa edición, se vio obligado a abandonar el desafío, tras 11 días de expedición y 366 kilómetros de recorrido, como causa de las congelaciones en tres de los dedos de sus pies de las que se recuperó a su regreso a España.
El deportista cuenta con un equipamiento de primer nivel para afrontar las largas jornadas. En la maleta lleva prendas de ropa de la marca Trangoworld para soportar el frío polar y las herramientas de supervivencia y los utensilios de uso diario Leatherman y Sea to Summit, perfectos para superar el día a día en las condiciones extremas de Laponia.
Tras su experiencia del año pasado, ha incorporado como novedades el trineo de la marca noruega Fjellpunken más robusto y estrecho; las botas de la marca Alfa que mantienen la temperatura y llevan un Geitre de Goretex incorporado para evitar las posibles congelaciones en los pies; y los esquís de enormes dimensiones de la marca Hagan, son del tipo back country, poseen pieles de foca en la parte central y sustituyen a las raquetas de nieve que tantos problemas dieron la pasada edición, además permiten no hundirse en zonas de nieves profundas.
“Este año me encuentro con mucha energía, positivo y perfecto de estado físico para enfrentarme de nuevo a la Lapland Extreme Challenge. La nieve caída en los últimos meses en la Sierra de Madrid me ha permitido entrenarme a conciencia y el abandono del año pasado al que me vi obligado para mí es un reto en esta edición. Soy responsable de los fallos que cometí, he aprendido y espero tenerlos en cuenta,” ha dicho Antonio de la Rosa.
Antonio de la Rosa es un conocido aventurero español que se ha enfrentado a diversos desafíos anteriormente. En 2014, se convirtió en el ganador de la prueba francesa de cruce del Océano Atlántico a remo y en solitario Rames Guyane. Ese mismo año, recorrió con esquís de fondo los 1.700 km del recorrido de la prueba Iditarod en Alaska. En 2015, unió en paddle-surf por el río Tajo-Madrid con Lisboa; y en 2016, recorrió parte de la costa de Groenlandia con esta misma disciplina deportiva.
El último pasado año participó en la competición Lapland Extreme Challenge en febrero y en verano completó la “Vuelta a la península ibérica en paddle-surf”
Para más información consulta su web: www.antoniodelarosa.net
Antonio de la Rosa cuenta a diario cómo ha sido su día mientras recorre en solitario los 900 kilómetros de la Lapland Extreme Challenge, el desafío de superación humana más extremo de Finlandia.
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El aventurero español Antonio de la Rosa vuelve a Rovanieni para disputar a partir del próximo sábado 17 de febrero el más desafiante reto deportivo de Finlandia, Lapland Extreme Challenge. Tras abandonarlo el año pasado por el congelamiento de tres de los dedos de sus pies, Antonio de la Rosa regresa para tratar de completar los casi 1.000 kilómetros de travesía con la ayuda de unos esquís de fondo y tirando de su propio trineo a remolque en el plazo máximo de los 30 días que establece la organización.
Las bajas temperaturas, que pueden llegar a alcanzar en ocasiones hasta los -30 ºC, el hielo, la nieve y las escasas horas de luz, son una constante en la Lapland Extreme Challenge. En su recorrido circular con inicio y final en Rovanieni, capital de Laponia, no hay señales, ni puestos de control, los participantes sólo están obligados a pasar por unos puntos obligatorios marcados por la organización.
Cada participante marca su propia ruta con la única ayuda de su orientación y un GPS, evitando entrar en las zonas de paso prohibidas por los organizadores. Pueden avanzar en esquís de fondo, en fat bike o en cualquier otra disciplina; está permitido pernoctar en alojamientos o comer en restaurantes que encuentren en su camino, aunque la mayoría de las noches tendrán que dormir al raso.
Desde el comienzo del desafío en 2013, sólo dos personas, que eran pareja, consiguieron el año pasado concluir el recorrido antes de que finalizara el plazo marcado. Antonio de la Rosa quien también participó en esa edición, se vio obligado a abandonar el desafío, tras 11 días de expedición y 366 kilómetros de recorrido, como causa de las congelaciones en tres de los dedos de sus pies de las que se recuperó a su regreso a España.
El deportista cuenta con un equipamiento de primer nivel para afrontar las largas jornadas. En la maleta lleva prendas de ropa de la marca Trangoworld para soportar el frío polar y las herramientas de supervivencia y los utensilios de uso diario Leatherman y Sea to Summit, perfectos para superar el día a día en las condiciones extremas de Laponia.
Tras su experiencia del año pasado, ha incorporado como novedades el trineo de la marca noruega Fjellpunken más robusto y estrecho; las botas de la marca Alfa que mantienen la temperatura y llevan un Geitre de Goretex incorporado para evitar las posibles congelaciones en los pies; y los esquís de enormes dimensiones de la marca Hagan, son del tipo back country, poseen pieles de foca en la parte central y sustituyen a las raquetas de nieve que tantos problemas dieron la pasada edición, además permiten no hundirse en zonas de nieves profundas.
“Este año me encuentro con mucha energía, positivo y perfecto de estado físico para enfrentarme de nuevo a la Lapland Extreme Challenge. La nieve caída en los últimos meses en la Sierra de Madrid me ha permitido entrenarme a conciencia y el abandono del año pasado al que me vi obligado para mí es un reto en esta edición. Soy responsable de los fallos que cometí, he aprendido y espero tenerlos en cuenta,” ha dicho Antonio de la Rosa.
Antonio de la Rosa es un conocido aventurero español que se ha enfrentado a diversos desafíos anteriormente. En 2014, se convirtió en el ganador de la prueba francesa de cruce del Océano Atlántico a remo y en solitario Rames Guyane. Ese mismo año, recorrió con esquís de fondo los 1.700 km del recorrido de la prueba Iditarod en Alaska. En 2015, unió en paddle-surf por el río Tajo-Madrid con Lisboa; y en 2016, recorrió parte de la costa de Groenlandia con esta misma disciplina deportiva.
El último pasado año participó en la competición Lapland Extreme Challenge en febrero y en verano completó la “Vuelta a la península ibérica en paddle-surf”
Para más información consulta su web: www.antoniodelarosa.net
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