En un tranquilo pueblo rodeado de bosques oscuros, se rumoraba sobre un antiguo laberinto escondido en las profundidades de la selva, un lugar que nunca aparecía en los mapas. Se decía que quienes se aventuraban a explorarlo nunca regresaban, y las pocas personas que lo habían hecho contaban historias extrañas sobre ecos de voces que no eran suyas y sombras que se movían por su propia voluntad.