El regalo de haber creído en Jesús y su salvación, es el mejor regalo del mundo.

Dios nos ama y eso es lo más grande que una persona pueda experimentar.

El cristiano valora el cuidado de Dios sobre su vida, en lugar de auto valorarse.

Lo que yo no puedo, Dios lo puede hacer en mí.

Aunque a veces no salgan las cosas como queremos, Dios nos ama.

Hay un juez que conoce todo. A Dios, nadie lo puede engañar. Él sí se da cuenta.

Nuestra oración descansa en esa dependencia a Dios pidiendo que no nos deje caminar por donde mi cuerpo quiere ir.

Escuche. No juzgue. Eso aplica para todo: familia, amigos o desconocidos.

Aunque la gente cometa errores, siempre procure orar por su familia.

Disfrutemos la vida, lo que tenemos hoy. Nuestros planes podrían ser una trampa.