Jesús fue llevado a juicio y no se defendió. Esto era para cumplir dos propósitos.

Jesús demostró que el poder religioso no era santo, como hacían parecerlo. Los llamó sepulcros blanqueados. 

El enemigo ya no tiene poder, porque Jesús los venció.

Todo lo que nos venden es para vivir confortable. Lo malo es creer que la vida se trata sobre esto.

Hay dos poderes en el reino espiritual: uno que mata, roba y miente; pero hay otro que con fe, verdad y amor se enfrenta.

Es fácil ver cuando un ejército ataca una ciudad. ¿Por qué el ejército de Dios que basa su estrategia en el amor no avanza como debería?

La vida eterna empezó con una relación con Dios, en su reino, donde todos se sirven unos a otros.

Estamos pendientes de la venida de Cristo, pero ¿estoy seguro de irme con él cuando venga por su iglesia?

Una guerra revela lo egoísta del ser humano. Se parece a lo que pasa en las familias o con las personas a nuestro alrededor.

La guerra mata, pero la religiosidad lleva al infierno.