Una de las historias más conmovedoras y llenas de fe que han surgido alrededor de la veneración a la Virgen de Guadalupe en la Basílica. Esta leyenda, que ha trascendido generaciones, nos transporta a un 12 de diciembre, fecha en la que miles de peregrinos llegan al santuario para agradecer, pedir milagros y rendir tributo a la Virgen Morena. En medio de esta multitud, una familia humilde compuesta por María, José y su pequeño hijo, Juanito, emprendió su peregrinación para cumplir una promesa. María había superado una grave enfermedad gracias a su inquebrantable fe y la intercesión de la Virgen. Con el corazón lleno de gratitud, la familia viajó desde un remoto pueblo para ofrecer flores al altar mayor. Sin embargo, en un instante de distracción, Juanito desaparece en la inmensidad de la multitud.