¿Cuan conscientes somos del papel como primeros apóstoles digitales que Dios nos encomendó?

Dios nos habla en la conciencia. 

A veces es difícil de explicar a un otro las certezas que en lo personal el alma alcanza. Sencillamente todo encaja y podemos experimentarlo mucho más fácilmente de lo que podemos explicarlo.

El recurso mencionado podés descargarlo de www.emprenderyevangelizar.com/recursos

Evaluar es de esas tareas que son importantes pero no urgentes. Son de las que muchas veces preferimos dejar para después, o directamente no hacerlas. Sobre todo si ni siquiera pensamos que es importante.

No hay que ser teólogo o bachiller en filosofía tomista para entender qué es la doctrina social de la iglesia. Al contrario, este concepto y sus implicancias está destinado no solo a todos los bautizados, sino también a todas las personas de buena voluntad.

Sólo entender cómo funcionan las cosas nos permite operar con efectividad sin importar las circunstancias que se nos presenten. Saber vender es mucho más que saber de una estrategia de ventas, es entender los principios que la rigen y operar a partir de ellos.

Lo se, es raro que te vuelvan a enseñar a decir que no. Pero después de este episodio vas a agradecerme que lo haya hecho.

Se trata de conocerte cada vez mejor en relación a la forma en la que usas tu tiempo. Mientras mayor sea el conocimiento sobre el aprovechamiento de este recurso, mejores son las posibilidades de encontrar formas de optimizarlo.

Entiende un concepto de productividad personal importantísimo y descubre como esto tiene que ver con tu camino a la santidad, además del futuro de tu emprendimiento.

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A nadie le sobra el tiempo... o si?

El tiempo es un recurso curioso, es invaluable por su finitud e incapacidad de alargarse y al mismo tiempo justo en su distribución. Nadie tiene ni un segundo más en su día, todos gozamos de las mismas 24 horas. Sin embargo el impacto en nuestro crecimiento, en el crecimiento de los demás y en el crecimiento de nuestro negocio está 100% ligado a la forma en la que usemos ese tiempo.

Jamás las circunstancias son el motivo de tu resultado. Pensar de esa manera te quita poder de acción y te encierra en la justificación constante sobre tu improductividad. Es el anti hábito emprendedor. 

Por eso es necesario entender y ejercitar el músculo de esta virtud de la que hablaremos hoy. Solo así podremos ser emprendedores que se definen por su capacidad de acción sin importar en qué circunstancias toque actuar.