La Biblia nos instruye a construir sobre la roca que es Cristo, para tener una vida, aunque no libre de tribulaciones, sí de destrucción y desolación. Reconozca a Dios y viva tranquilo sin temor del mal.

¿Vive una vida ajetreada y con muchos afanes?  La Biblia nos habla de un descanso que no nos aleja de la realidad, sino que opera aún en medio de la dificultad: la paz de Dios. Reconózcalo en su corazón y disfrute de una vida llena de paz.

¿Qué se le ha secado en su vida? ¿El cariño, el amor, la juventud? Jesús le dijo a una mujer que “el que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.” Reconozca a Dios y goce de la abundante vida que él ofrece

¿Qué sueños ha dejado en el olvido? ¿Qué le obligó a estudiar una carrera que no quería? Reconozca a Dios en todos tus caminos, y Él enderezará sus sendas.

La Biblia nos manda a no poner nuestra “esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos.” Crea en Dios, deposite en él su confianza y disfrute de sus bendiciones.

Haga de cada día una Navidad y deje de pelear y discutir. Cada día fomente la paz y la unidad. La Biblia dice “Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.”

¿Cuánto tiempo lleva usted luchando contra el vicio o contra el mal carácter? ¿Siente que ha avanzado poco? Reconozca a Dios en su corazón hoy y reciba la promesa: “el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.”

La intrepidez puede ser peligrosa, así como lo es la tentación. La Biblia nos manda a huir de la tentación, cualquiera que esta sea. Por eso nuestra oración a Dios debe ser “Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno”. Amén.

Debemos aceptarnos tal y como somos, nuestros rasgos físicos y figura no definen quienes somos. La Biblia es clara cuando dice “Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación…” Por eso, crea en Jesús y conviértase en un hijo de Dios.

Una aparente desventaja se puede convertir en una oportunidad, un fracaso en una lección. La Biblia nos dice que Dios es quien “abrió un camino en el mar, una senda a través de las aguas impetuosas”. Crea en Dios, porque para él no hay nada imposible.