En este último episodio de esta primera temporada Lucía mi pediatra nos conmueve una vez más con experiencias propias que las sentimos como nuestras y que nos inspiran a seguir aprendiendo.

En este episodio de Lucía Mi Pediatra encontraremos que cuando una persona decide emprender un proyecto de vida junto a otra persona, no lo hace pensando en que en algún momento eso terminará de una forma dolorosa con, muy probablemente, muchos sueños aún por cumplir. Pero la realidad es que ocurre y cuando llega una agradece encontrar un hombro amigo que te recuerde los mensajes más importantes que harán que sigas pisando sobre suelo firme. Mucho ánimo a todos.

"Para que la luz brille tan intensamente, la oscuridad debe estar presente" decía Francis Bacon.

Eduquemos a nuestros hijos en la vida real, huyendo de la sobreprotección, logrando que sean personas autónomas, resilientes y con una sana autoestima.

Porque una persona con una buena autoestima es una persona poderosa, no lo olvides. Así que en este episodio Lucía Mi Pediatra hablará sobre cómo educarlos frente a las adversidades y reflexionaremos sobre la importancia del legado, algo que para mí tiene mucho que ver con el sentido de la vida.

En esta vida nos enseñan a dar pasos hacia adelante, a construir, a hacer equipo, a avanzar y a aguantar; pero ¿qué pasa cuando para avanzar hay que dejar marchar?

En este capítulo tan sentido, Lucía Mi Pediatra habla de las personas que vienen y se van, las que se aferran, las que debemos soltar; habla de aprender a decir adiós al bebé que ya camina, al niño que ya lleva su mochila, al adolescente que alza su propio vuelo … Habla de la resistencia de muchas madres y padres al paso del tiempo. De la necesidad de despedirnos de la mujer que fuimos a los 20, a los 30 o a los 40 y aceptar que la vida es cambio y nosotros también. Un podcast con un final inesperado en el que Lucía comparte cómo ella misma les habló de la muerte a sus hijos en un intento de que entendieran que esta, también forma parte de la vida…

Si algo he aprendido a lo largo de todos estos años de profesión como médico es que todos, absolutamente todos libramos batallas. Todos tenemos problemas, nadie se libra.

Pero además también he aprendido que ejercitar el sentimiento de la gratitud, ahuyenta los miedos, la angustia, la rabia, el enfado, la ira y ayuda a controlar los estados mentales tóxicos e innecesarios, los “pensamientos basurilla” como yo siempre les he explicado a mis hijos.

En este nuevo episodio de Lucía Mi Pediatra aprenderemos a poner en marcha el sistema de agradecimiento y aprenderemos el impacto real que tiene en nuestro cerebro y en nuestras emociones, y por tanto en nuestra calidad de vida y la calidad de vida de las personas que nos rodean. Porque no podemos evitar que nos ocurran acontecimientos desagradables en la vida, pero sí podemos influir mucho en la manera de sobrellevarlos.

Lucía Mi Pediatra en este nuevo episodio habla del amor, los inicios, esa fantasía de los primeros 2 años de las relaciones de pareja. Uno a veces se deja llevar por ese sueño real que está viviendo y cree o pretende o espera que todo siga igual a pesar de que pasen años, cambios e hijos. Y lo cierto es que no es así. La buena relación de pareja no surge, no aparece, no se presenta ante ti como si de un golpe de buena suerte se tratara, no; la buena relación de pareja se construye día a día.

Hoy hablamos de lo difícil que es asumir estos cambios, de las velocidades que ambos llevamos que en muchas ocasiones no son las mismas, de los desencuentros, expectativas y realidades con las que nos topamos. De todo aquello que muchos de nosotros hubiésemos agradecido que nos hubiese contado alguien que ya ha pasado por ello y ha vuelto varias veces…

Lucía Mi Pediratra en este episodio reflexiona sobre la sociedad polarizada en la que vivimos, en la que parece que todo es blanco o negro; en la que la escala de grises ha desparecido; en la que si no te posicionas sobre algo, el resto del mundo empieza a hacer interpretaciones sobre tus propios pensamientos. Escuela infantil sí, escuela infantil no. Colecho sí, colecho no.

Hagas lo que hagas parece que es incorrecto, digas lo que digas siempre habrá otro tanto de gente que trate de convencerte de que estás en el bando equivocado. Bueno, pues no; me niego.

En este episodio de Lucía Mi Pediatra, nos encontraremos que todos tenemos derecho a venirnos abajo, todos tenemos derecho a derrumbarnos, a no poder más, a pedir ayuda, a reconocer que nos hemos excedido, equivocado o que simplemente necesitamos parar.

Y no, esto no nos convierte ni en peores, ni en mejores, nos da la dimensión que tenemos: hombres y mujeres reales. Y en esa realidad es donde yo he elegido educar a mis hijos, que nadie es invencible, que todos atravesamos crisis personales y profesionales y que estamos aquí para intentar ser felices y hacer felices a las personas que más nos importan.

En este episodio de Lucía Galán encontrarás... Pero ¡cuánto trabajas! ¿No? Y cuando tú no estás ¿con quién se quedan tus hijos? ¿De nuevo un viaje de trabajo? Pero tú ¿cuándo ves a tus hijos?

¿Os suena? ¿Por qué somos tan duras entre nosotras?

En este episodio os cuento mi historia vital en esto del emprendimiento, lo que yo considero que es el éxito, lo que acarrea y lo que por supuesto cuesta alcanzarlo.

Fuera culpa. Lo hacemos de la mejor manera que sabemos y podemos. Nosotras también vamos aprendiendo… Busca tu éxito, busca tu paz mental, allá donde esté. No renuncies a ella porque todos merecemos ser felices.

Es mucho lo que escuchamos acerca de establecer unos sanos y respetuosos límites con nuestros hijos para que estos en un futuro sean personas amables, empáticas, con pensamiento crítico y buenas personas, que es lo que al final todos deseamos. Pero ¿quién nos enseña a que seamos nosotros, los adultos, los que pongamos los límites a los demás? Que parece que bajo el “me sabe mal” cargamos con todo y esto no puede ser. ¿No te has dado cuenta que, cuando tienes un mal día en el trabajo y llegas a casa, curiosamente tus hijos se portan peor? ¿Y que cuando llegas relajada o relajado, tranquilo y afable, tus hijos te lo ponen fácil? ¿Crees que es casualidad?

Hoy hablamos de ese momento en el que yo misma me di cuenta que, en el instante en el que le decía que no a alguien, me estaba eligiendo a mí. Y con ello, toda mi familia y yo misma, ganaba.

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