Tus palabras pueden bendecir o maldecir... Definitivamente las palabras que salen de la boca, son el resultado de lo que se tiene, se medita y se gesta en el corazón. Por supuesto que Dios conoce nuestros corazones, y dice su Palabra que "antes que nosotros pronunciemos palabras, Él ya lo sabe todo". Pero muchas veces, nuestras intenciones pueden ser correctas, y la meditación de mi corazón lo mejor, pero al decir las cosas se distorsionan y se cambia el sentido.